Escenario
Este juego de comunicación pretende que los alumnos refuercen una de las competencias básicas de la lengua de una forma divertida, buscando excusas para no compartir las tareas del hogar, normalmente asignadas a la mujer.
No se tienen que utilizar las nuevas tecnologías, porque quizá rompa la espontaneidad del contacto directo, pero si alguien prefiere utilizarlas, el mejor medio es sin duda a través de mensajes o chat.
Pruébalo. Seguro que será divertido.
Tarea
Antes de empezar, descárgate las tarjetas de tareas y las hojas de la agenda, así como un reloj. .
Divide a la clase en parejas, intentando en la medida de lo psoible que sean hombre y mujer. Haz las copias que sean necesarias de la agenda; hay dos modelos diferentes. Monta el reloj con las agujas de forma que éstas giren.
Pon en situación a los alumnos: Diles que son un matrimonio de la Atenas del s.V a.C. y que siempre discuten acerca de las tareas que la sociedad ha asignado a la mujer. Ella siempre quiere que el hombre comparta estas responsabilidades, pero él siempre busca una excusa.
Las tareas se ponen boca abajo en un montón y se le da vueltas al reloj para que marque una hora. El estudiante A coge la primera y muy cariñosamente, le requiere a que realice esa tarea (por ejemplo: Cariño, ¿puedes cuidar al niño a las 8 de la tarde?). El estudiante B tiene tres opciones:
- Consulta su agenda para ver si tiene una excusa legítima (Oh, mi amor, lo siento, a las 8 tengo una clase de filosofía peripatética con Aristóteles)
- En su agenda no tiene nada que hacer a esa hora y acepta la tarea (Sí, cariño, no te preocupes que yo me hago cargo del niño)
- Se inventa una escusa que NO aparece en la agenda (Oh, mi amor, lo siento, a las 8 tengo que ir a una ceremonia religiosa)
El estudiante A decide si el estudiante B miente o no:
- Si decide que el estudiante B ha dicho la verdad, se queda con la carta: (No te preocupes, mi amor, ya lo haré yo)
- Si decide que el estudiante B ha mentido, le exige que muestre su agenda a esa hora: (¿Mi amor, me puedes enseñar tu agenda?) En este caso, si el estudiante B tiene en su agenda lo que ha dicho, el estudiante A se queda con la carta, pero si ha mentido, se la queda el estudiante B.
El juego consiste en tener el menor número de tareas posibles al final. El estudiante con menor número de tareas es el ganador.
Si se desea, pueden intercambiarse los papeles.
Producto
El resultado ha de ser la producción de una serie de excusas y de peticiones corteses de tareas, al mismo tiempo que se conocen la vida diaria de la mujer y el hombre en la Atenas del s. V.
Evaluación
Criterios a tener en cuenta:
Incompleto: El alumno no es capaz de formular excusas ni de convencer al otro para que comparta las tareas del hogar.
Aceptable: El alumno formula excusas de forma insuficiente o no convence al compañero para que comparta las tareas.
Bueno: Buena formulación de excusas o de expresiones argumentativas para que comparta las tareas del hogar.
Conclusión
Espero que, con este pequeño juego de comunicación, os lo paséis en grande y aprendáis a poner exusas y a argumentar sin muchas dificultades.
